Oías las
melodías de esa canción en tu mente, mientras mi guitarra llora
suavemente, estas echado en la cama que acondicionaron para que pases de la
mejor manera posible los últimos instantes de tu vida, hay un balón de oxigeno
a tu lado, una maquina que controla tus signos vitales a tu izquierda, al
frente están todos juntos: tu esposa, tu hijo, la enfermera y otras pocas que
ya no puedes reconocer, entran y salen constantemente, y siempre hay alguien a
tu lado, te das cuenta porque aun los pudes diferenciar por esa luz opaca que entra
suavemente atravesando esas cortinas blancas que Olivia cambio hace unos días.
A pesar de todo el silencio reinante no podía dejar de zumbar en tu mente esos
acordes que compusiste hace mas de 30 años, ahora entiendo la tristeza en tu voz cuando la
cantaste por última vez Harrison, esa tristeza de alguien que tal vez ya sabía como
iba a morir, quizás ya crecía en tu interior el cáncer George y sabias que no vivirías hasta llegar a
viejo. Combinado con esos acordes divagaban las imágenes de aquella visita que
le hiciste a Pattie hace algunos años, la visita de despedida, al menos esta enfermedad te dio la posibilidad
de reivindicar algunos aspectos en tu pasado, especialmente en este, el de un
antiguo amor.
Visitaste a Pattie, el amor de tu vida,
después de mas de 20 años, ella se había vuelto a casar al igual que tu. Buscaste la mejor fecha, 01 de enero, en
invierno, caminaron juntos por el jardín de su casa, los rodeaba el blanco de
la nieve, había poca vegetación que pudiera invadir la blancura con algún otro
color, y pensaste: así será el cielo?. Caminare por encima de las nubes como
camino ahora por esta nieve?, y estaré acompañado de algún angel como ahora lo
estoy por Pattie?, la miraste, contemplaste ahora su cuerpo de espaldas, aunque
vestida con un abrigo de piel se podía notar que ya no tenia la hermosa figura
que te enamoro cuando eran jóvenes. Te llamaban el mas afortunado de los Beatles
por estar con la mas bonita de las chicas, y si que lo eras, por eso le
dedicaste esa canción que muchos la catalogaron como la mejor canción de amor:
Something. Ahora conversando con ella no podias arruinar esto contándole la
mala nueva de tu enfermedad, no, para qué, solo querías disfrutarla al máximo,
aunque no la puedas besar ni tocar ni hacerle el amor, solo querías compartir algunas
palabras, disfrutar su voz mientras aun estaban solos.
-
Pasemos
adentro a tomar algo, ya hace mucho frio.
Te dijo mientras se volvia a mirarte y
reconociste inmediatamente esa mirada, esa sonrisa, esos dientes que se
quedaban al descubierto mientras te reia con los labios casi cerrados. Aún se
conservaba esa expresión en su rostro, aunque añadía algunas arrugas en sus
ojos, su frente y su boca.
– Esta bien.
Que pudo ocurrir para que dejaras a esta
increíble mujer?, en un momento lo entendiste mientras veias la pelicula Annie
Hall, la amabas tanto pero no llegaron a
soportarse, y se fue con tu mejor amigo, Eric, se la llevo y te quedaste
satisfecho, fuiste a su matrimonio con tu nueva esposa y ahí los felicitaste a
ambos.
-
Cuidala
Eric, es una increíble mujer; Cuidalo Pattie, es un gran hombre.
Les deseaste a ambos y no disimulabas un
tono de melancolía cuando abrazabas a Pattie, se fue de tu vida,
definitivamente, lo bueno: con tu mejor
amigo.
Años después al enterarte que Eric y
Pattie se divorciaban te llenaste de rencor, como era posible que la dejara ir,
si la dejaste ir fue justo por eso:
porque se iba con tu mejor amigo y para que la cuide como tu no pudiste. Ahora si la perdiste definitivamente.
Eric se volvió a casar y pudo tener los
hijos que Pattie no le pudo dar, tú George también tuviste un hijo, y mucho
después te enterarías que Pattie se caso con un fotógrafo, que vivía en una
casa de campo en las afueras de Londres. Aún había vergüenza y no te animaste a
visitarla, solo tiempo después cuando te diagnosticaron el cáncer y le diste la
importancia real a esa enfermedad pudiste mirar hacia atrás, que tenias que
hacer antes de partir, o antes de luchar y perder, o antes de ya no ser el súper
Harrison como te conoció, aun estabas fuerte y te mirabas simpatico al espejo,
no la irías a visitar en silla de ruedas con la ayuda de enfermeros, no
dejarías que venga al hospital a verte con las últimas fuerzas que te quedaban,
así que mejor visitarla y despedirte sin que ella se enterase por supuesto.
Le llamaste por teléfono y le preguntaste cuando
podían verse, te dijo que estaba casada, por si no lo sabias Harrison, una
sonrisa de por medio, claro, se que estas casada, pero no te estoy invitando a
salir, solo quiero saber como estas y platicar un rato, que te parece el 01 de
enero, viajare después a Nueva York y no tendré tiempo, en mi casa, ok.
Había pasado mas de 30 años que le
invitaste a salir por primera vez, y ahora te temblaban las piernas al igual que aquella
vez, como la amabas en esos días, y como la amarías ahora si pudieras
Saliste temprano de casa, no le dijiste a
tu esposa donde ibas, aunque se enteraría después, que importa, y a medida que
te alejabas de la ciudad para entrar al campo pensaste nuevamente en tu
enfermedad, será como lo dice el Hare Krisna? Ojala, si no estas jodido George,
nunca creiste totalmente en eso, y ahora menos, se acumulaban las dudas en tu
cabeza, había tantos vacios que no podias confiar en esa religión totalmente,
después de esto hare un ultimo concierto de despedida, pensaste.
Llegaste a la casa de Pattie, no era lo
que esperabas, pero Boyd le dio su toque para darle una calidez a esa pequeña
casita que había en medio el campo. Ella si que había permanecido mas fiel a
las enseñanzas hindus que tu George, o al menos lo demostraba con su
decoración, bajaste del carro y a medida que avanzabas por el pasillo central
te embargaba ese nerviosismo de verla después de tanto tiempo, miraste hacia la
puerta y la viste.
-
Y
donde está tu esposo.
Le preguntaste de inmediato mientras de
acercabas a darle el beso en la mejilla.
-
Adentro,
preparando el chocolate, quiere conocerte, pasemos.
Al instante reconociste ese aroma que
habías dejado de oler hacia mas de 20 años, que bueno que esas moléculas tan
puras llenaran tus pulmones ahora tan corroídos por esa enfermedad, e inhalaste
de nuevo, mas fuerte, tal vez te curarías si inflabas tu pecho con su aroma.
-
Te
presento a mi esposo.
Te presento a Will, quien lucia mucho mas
joven que tu y Pattie, tal vez unos 45 años, alto, delgado con el cabello rapado
y unos lentes transparentes tipo John Lennon.
-
Porque
no se ponen comodos, todavía falta para el chocolate.
Le dijo Will mientras extendia la mano –
Mejor porque no damos una caminata por el jardín. Le dijiste a Pattie y pudiste
robártela por unos minutos.
Caminando se entro en tu mente la canción
de la guitarra que llora suavemente, porque no la de Something? Si esa se la
dedicaste alguna vez?, tal vez porque esta visita era de despedida, y no era
para decirle el inmenso amor que alguna vez le tuviste.
Mientras caminaban por las nubes, por el cielo, no dejaba de perseguirte el ritmo tan melancolico de esa canción, mientras mi guitarra llora suavemente, de momentos le tomaste de la mano, como antes y te fijaste que no había ya arboles ni montañas y alrededor todo era blanco, y mi guitarra llora suavemente, la escuchabas hablar de esos días, donde eran felices, de cómo se conocieron, de cómo se enamoraron, la vez que la invitaste a salir y la vez que le pediste la mano en la segunda cita, seguían caminando y parecía que ya no había camino hacia atrás ni adelante, las nubes eran tan espesas pero níveas que no dejaban ver por donde caminaban, te volteaste a verla y ya no estaba con su abrigo de piel, si no una túnica blanca que la cubria entera, miraste ahora a tus pies, a tu cuerpo y también andabas vestido de un blanco brillantísimo, y mi guitarra llora suavemente, pero no tienes miedo pues ella te da la confianza suficiente para andar por ese sendero desconocido que te dirije hacia una luz mayor que esta ahí de frente, siguen caminando y te sientes feliz, no puedes recordar nada más solo que venias a visitar a Pattie y que caminaban por su jardín o que estabas acostado en una cama al lado de tu esposa y tu hijo recordando lo mejor que te paso en tu vida, y ahora caminas con tu angel, que bueno que sea ella tu angel, que bueno que sea ella quien te guie por ese sendero hacia lo desconocido, and still my guitar gently weeps.

